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miércoles, 11 de mayo de 2011

LA MUJER MADRE TRABAJADORA EN MÉXICO Y SUS DERECHOS LABORALES.











 




POR IVÓN TAPIA ORNELAS

En México, como en todas partes del mundo, las mujeres desempeñan múltiples roles en la sociedad: son madres, trabajadoras o empresarias, jefas de familia y amas de casa. Las mujeres trabajadoras dividen su tiempo en diversas tareas: en lo profesional, en el cuidado de los hijos, el hogar, etc. Así mismo y debido a las condiciones económicas de nuestro país en particular, se ha ido incrementando la inserción de muchas madres al campo laboral, desempeñando con esto de dos a tres jornadas de trabajo muy poco remunerables.
Su productividad y compromiso con las empresas, se incrementa cuando ellas encuentran esquemas laborales flexibles que les permiten combinar todas sus responsabilidades, tales esquema se simplifican a trabajos de medios tiempos muy mal redituados y con escasas o nulas prestaciones sociales
La compañía de investigaciones Regus, según la  OIT (Organismo Internacional de Trabajo), deduce que las compañías no quieren contratar a mujeres madres, demostrando esto la más amplia desigualdad de oportunidades en el mercado laboral de género.
Los mismos estudios anteriores revelan que los empleadores, temen que las madres trabajadoras no muestren compromiso y esto les reste responsabilidad y flexibilidad que otros empleados, la incertidumbre de que abandonen el puesto poco tiempo después de haberse capacitado para tener otro hijo o que por estar a cargo del crecimiento de los primeros años de los hijos ofrezcan conocimientos desactualizados.
La mujer ha jugado siempre roles específicos que los estereotipos de género le han impuesto: el ser madre, mujer, esposa, hermana, hija, etc. Siempre ha venido cargando con un lastre de obligaciones a tareas en el hogar y siempre es la cuidadora y responsable de hijos, mamás, papás, parientes, dependientes, etc., dejando atrás y en segundo término el rol de mujer trabajadora.
Es importante saber que es GÉNERO para comprender el siguiente artículo, ahondaré un poco más en la definición:
La utilización del término género se ha popularizado en los últimos años y por ello a pesar de las críticas que por diferentes razones rechazan la utilización del término. Entendemos por GÉNERO:
A un conjunto de ideas, creencias culturales, históricas, tradicionales, y sociales, que se construyen en cada cultura a través de la familia, la cual es el principal pilar educador, secundado por el entorno que nos rodea, y por las demás instituciones del Estado como la escuela principalmente, que es donde el niño tiene una formación importante. Esta construcción social toma como base las diferencias sexuales de cada individuo. Y la sexualidad o sexo son las diferencias biológicas entre hombres y mujeres.
El género condiciona nuestra forma de actuar, de pensar, de entender el mundo, de relacionarnos, del mismo desarrollo y la interacción en cada rol social que es impuesto bajo patrones sociales, culturales y psicológicos ya que son inculcados y totalmente introducidos tradicionalmente, es por tanto que impone que unas y otros podamos desarrollar nuestras capacidades. Aun que esta no es una sentencia, ya que estas imposiciones las podemos modificar con una diferente educación.
La construcción social del género, tradicionalmente ha considerado a las mujeres como seres inferiores, delimitando sus funciones a la reproducción y confinándolas al espacio privado. El espacio público estaba, y en parte sigue estando reservado a los hombres. Es necesario romper con la tradición y así mismo las imposiciones de los roles y estereotipos de género ya dictaminados, para que mujeres y hombres vivamos en condiciones de igualdad.
El Género es una construcción social está basada en la tradición, en la cultura y en la sociedad, es muy difícil de erradicar por que viene transmitiéndose de generación en generación y ha sido heredada a través de la educación, a través de la familia. ES POR TANTO QUE ES NUESTRA  OBLIGACION CAMBIARLA y mejorarla con INCLUSIÓN, IGUALDAD Y PARIDAD.
CAMBIAR NUESTRA EDUCACIÓN y consciencia, Y COMPARTIR LAS RESPONSABILIDADES, ES DECIR TENER CORRESPONSABILIDAD y respeto de la otredad.
No hay corresponsabilidad en los hogares, es decir una participación de todos los miembros de un hogar de las responsabilidades, esto tiene que ver sin duda con cargas culturales  arraigadas al patriarcado y por ende al estereotipo de género muy marcado todavía en nuestra sociedad. Es por ello que a las madres trabajadoras y madres solteras les es muy difícil insertarse en el campo laboral remunerado  al igual que un varón y a la permanencia de este.
Las mujeres muchas veces tienen que dejar sus proyectos de vida, si son profesionistas hacen a un lado su carrera y se estancan laboral y profesionalmente, teniendo que sujetarse a las decisiones del hombre a este fenómeno le llamamos CONDICIONANTES DE GÉNERO, ya que muchas veces la mujer es chantajeada emocionalmente para poder vivir una vida tranquila y sin problemas.
Los conceptos: Género y poder están directamente relacionados. El sistema patriarcal dejó a las mujeres sin poder, sin capacidad para decidir su propio destino. Relegó a la mujer únicamente al espacio doméstico, la privó de todo poder político y económico. La desigualdad de género es consecuencia del poder masculino que ha mantenido en una posición subordinada a las mujeres.
Es por esto que las mujeres de hoy debemos retomar lo que nos ha sido arrebatado durante muchos años, crear una conciencia de educación y empezar por nuestros propios hogares a poner limites y a educar con una diferencia concientizada a nuestros hijos de manera equitativa e igualitaria, dejando a un lado esos lastres ideáticos con tintes de exclusión y discriminación por el simple hecho de que “nosotras fuimos así educadas”. Lo más difícil sería moldear una relación de pareja,  reeducándose y respetando los espacios vitales de individualidad y dualidad.
Lo anterior sería en el ámbito privado, en el público nuestro empoderamiento deberá ser participativo, tomando decisiones, ejerciendo nuestros derechos en todos los ámbitos: social, cultural, político, económico y laboral. Tenemos que cambiar el contexto, las tradiciones arcaicas y retrogradas de nuestra mala educación. Es nuestro deber como mujeres prepararnos para que tenga éxito este Empoderamiento. Y es el deber de todos en conjunto estar abiertos y conscientes a un cambio de mentalidad acorde a nuestros tiempos e incluso sustentable.
La IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres de Beijing consideró que para eliminar   las desigualdades entre hombres y mujeres era necesario lograr el empoderamiento de las mujeres. Es un empoderamiento que da a las mujeres poder para: tomar sus propias decisiones y a intervenir y actuar para cambiar la realidad.
La realidad es que el trabajo de las mujeres sigue siendo considerado secundario, máxime si el trabajo que desempeña es en el hogar, por que ni está reconocido en el ámbito privado, mucho menos en el público. Lo cierto es que debemos defender todos los logros obtenidos en cuanto a todos los trabajadores, esto viene a colación por lo de la pretendida Reforma Laboral, orquestada por el PRI y el PAN, la relación que tiene para la equidad e igualdad de género es nula, es un engaño para todo el pueblo mexicano. Lo que se está tratando de vender: al aseverar que se abrirán nuevas oportunidades para todos, incluyendo mujeres, jóvenes y grupos vulnerables.
El día 3 de mayo el secretario de trabajo y previsión social: el panista, Javier Lozano Alarcón, difundió a los jóvenes en del ITAM, que se crearán mejores climas de trabajo, con contratos a prueba, contratos por temporada, esporádicos; para que así haya oportunidades para todos.
Pero lo que no les mencionó fue que el clima laboral seria de incertidumbre e inestabilidad. No indicó que el patrón podría despedirlos sin una justificación previa, no aclaró que se iban a violar sus derechos laborales, entre otros.
Habló también de una mayor equidad de mujeres, respecto a los hombres, situación que dista mucho de darse si se logra aprobar esta aberrante reforma laboral o también conocida como ley Abascal o ley Lozano.
Estas pretendidas reformas son regresivas y retrogradas y de ninguna manera ayudarán a hombres ni a mujeres ya que…
1. Desaparece el derecho al aviso de despido para los trabajadores domésticos. Hay muchas trabajadoras domésticas.
2. Legitima las renuncias “en blanco” al modificar el artículo 53 de la LFT que en la vigente requiere de un acuerdo entre las partes.
3. Sobre el Outsourcing, sistema de contratación con enormes vacios legales, ya implementado desde hace muchos años, violando constantemente la misma ley federal de trabajo, la constitución política mexicana, los Derechos Humanos e incluso las Garantías Individuales, por que dese hace tiempo ya se firmaban contratos con renuncia integrada el mismo día de la contratación y nuestro gobierno haciendo caso omiso de estas irregularidades.
Ahora bien lo que busca esta pretendida reforma PRIANISTA es darle un marco legal a esta serie de arbitrariedades:

4. Legalizando las contrataciones ilícitas de terceristas que siempre ha hecho de las suyas, permitiendo que los patrones no asuman sus obliga­ciones laborales y lo hagan por ellos los contratistas, materializándole “fraudes legales” contra los trabajadores al suprimirse la responsabilidad solidaria en el artículo 13 de la ley federal del trabajo. Muy ad hot en los empleos de medios tiempos, donde la mujer trabajadora madre, es donde se inserta, debido a la posibilidad de sus horarios, en los famosos Call centers o también llamados telemarketings y que para nuestra sorpresa estos tipos de contrataciones se ejercen en el propio gobierno del D.F.
5. Esta ley es discriminatoria, arbitraria e indignante contra todos y desprotege muy visiblemente a las trabajadoras do­mesticas, porque en caso de despido el patrón no estaría obligado a entregar un aviso de resci­sión de contrato.

 6. El creciente desempleo permitirá mayor ex­plotación en el trabajo con los jóvenes, a las madres y madres solteras con  más bajos salarios e incremento en los accidentes de trabajo al no tomarse medidas legales para evitarlos; no se otorgan facultades a inspecto­res para cerrar centros de trabajo en caso de incumplimiento de normas de seguridad y se mantienen las ridículas sanciones de hasta 315 salarios mínimos en caso de incumplimiento.

7. La iniciativa de ley carece de perspectiva de género permitiendo se mantenga la inequidad, explota­ción y hostigamiento sexual contra las mujeres.

8. Sobre la seguridad socia, en la “tabla de enfermedades de trabajo” y la “tabla de valuación de incapacidades perma­nentes”, que hoy contemplan los artículos 513 y 514 de la ley federal del trabajo dejan estar incorporadas a ella para convertirlas en una clasificación meramente administrativa, dejado de ser derechos laborales básicos. Esto afectara a todos, pero muy directamente a la mujer antes y después del embarazo.

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