Por Ivón Tapia
La
Sororidad es un término aún no conocido en gran parte de las y los
mexicanos, pero que sin duda alguna las mujeres que estamos inmersas en
los espacios políticos, públicos y académicos, tenemos la obligación de
informarnos.
Nos preguntamos ¿que es la SORORIDAD? Suena al término solidaridad, en gran parte tiene mucho que ver con el, pero la sororidad viene de un corte feminista.
Para
Marcela Lagarde la palabra Sororidad es el conjunto de sentimientos y
acciones para que entre mujeres nos veamos en igualdad, como hermanas.
La palabra sororidad viene de la voz latina “soror”
que significa “hermana”. Vivir en sororidad quiere decir vivir como
hermanas, iguales. Es cierto que la igualdad y la equidad no es lo
mismo, hay que partir primero de la equidad para alcanzar la igualdad
entre nosotras también.
Sororidad, es una palabra nueva del
feminismo y nace por que hay una necesidad enorme de sensibilizar a
todas las mujeres de todos los ámbitos para que no nos discriminemos
entre nosotras y para eliminar la rivalidad cultural que nos fue
inculcada mediante una educación patriarcal. Este es un problema social
y cultural y viene desde los valores que nos fueron impuestos por la
sociedad desde el cetro de la familia misma, aunado a ello la influencia
judeocristiana , donde se fortalece el machismo, esto viene a colación
por que dentro del seno familiar se forma al individuo, el hombre forja
su educación temprana en la institución familiar, su carácter, su forma
de comportamiento, misma que se reflejará en la adultez, con esto no
se pretende señalar que ya esta todo dado y que no habría solución,
estos estereotipos se pueden deconstruir por medio de la educación o
reeducación.
Los valores vienen fundamentados en los roles que la
sociedad impone a cada individuo según su sexo (maneras de vestir, de
comportarse, de pensar, tareas distintas, colores, simbología, gustos,
culpas, temores, etc.)
Entre tanto valores-cultura-tradición-
moral, etc., son factores esenciales, los cuales juegan un papel muy
importante en la educación del sujeto ya que por medio de estos se
construyen formas, idiosincrasias, estereotipos, se fortalece el control
social, económico, espiritual, es decir hay un control invisible, no
se ve…pero es poderoso.
“...cultura es un complejo que
incluye conocimientos, creencias, arte, moral, leyes, costumbres y todas
las capacidades y hábitos que el hombre ha adquirido en la Sociedad. La
cultura es un conjunto de los valores sociales de un pueblo.”[1].
Cassirer opina que la cultura emprende el análisis de varias
actividades: lenguaje, arte, mito, religión, historia y ciencia;
considerándolas no como creaciones aisladas, sino como un todo
armonioso.
“La tradición nace de forma espontánea, desde
el momento en que una experiencia se repite idéntica así misma, en
igualdad de circunstancias; pasa del individuo al grupo y de este a la
muchedumbre y a la Historia...” [2]
“...Los valores son
normas internalizadas, se presentan como necesidades para realizar
ciertos prerrequisitos funcionales de la sociedad... patrones de
conductas para obtener las respuestas y actitudes esperadas... es el
medio que determina los patrones culturales y constituyen un conjunto
ordenado de valores, creencias y gustos, que se expresan en un sistema
simbólico que permite su internalización en la personalidad, los cuales
actúan en función de disposiciones y necesidades que tiene su
correlación en las expectativas y papeles que establece la cultura.”[3]
Moral
es un sistema de normas, principios y valores, de acuerdo con el cual
se regulan las relaciones mutuas entre los individuos, o entre ellos y
la comunidad, de tal manera que dichas normas, que tienen un carácter
histórico y social, se acaten libre y conscientemente, por una
convicción intima, y no de un mundo mecánico, exterior e impersonal.
Así
que la cultura, las tradiciones, los valores y la moral van conjuntas y
forman una estructura ideológica la cual muchas veces es una parte
hermética, dogmática y conservadora, creadora de los mismos estereotipos
y enarbolados íntimamente con la religión judeocristiana; ensalzando
al hombre masculino por el hecho de ser hombre (dios es hombre) y es por
ello la mujer toma un papel subordinado y secundario, lo mismo pasa en
todo el mundo pues todas las religiones tiene una similitud, en la
mayoría de ellas solo cambian los nombres de los personajes.
Es
por tanto entonces que vemos muy claramente un tipo de manipulación y
control del imaginario social hacia la mujer, abstrayéndola de una
forma invisible pero con una fuerza donde hay un precepto de
culpabilidad por ser portadora de un pecado original, de un pecado que
no cometió, de tener que pagar las consecuencias de ser hija de una
mujer seductora que engaña y que induce al fornicio (Eva).
Veamos en nuestra enriquecedora cultura una trilogía de figuras femeninas estigmatizadas: MARIA, EVA Y LA MALINCHE,
(La pura, La pecadora y la que traiciona), sin duda tres iconos
femeninos bastante arraigados y vigentes todavía en nuestra cultura.
María:
la mujer buena, abnegada, sumisa y mártir también; dispuesta a aguantar
a sufrir y a no cuestionar al patriarcado. Mujer perfecta, ideal y que
es icono sagrado para los mexicanos, es la madre, la mujer
incondicional (dicho de macho mexicano: “todas las mujeres son unas
putas, excepto mi madre”).
La Malinche es una mujer traidora, de
ahí donde Octavio Paz menciona en su libro “El Laberinto de la Soledad”
el término que es ser un hijo de la chingada (mujer violada) o el ser
“malinchista”
Eva: mujer que induce al pecado al hombre, icono de
seducción y de culpa, muy sujeto a la religión judeo-cristiana, al igual
que el icono mariano.
Esta trilogía es sin duda un duro lastre
que aún pesa sobre la mujer mexicana. Cabe destacar que este peso social
y cultural no nos atañe solo a las mujeres, los hombres sufren también
las consecuencias de esta manipulación en todos los ámbitos social,
cultural, político y económico, los cuales repercuten en todas las
relaciones y en la dicotomía pública y privada.
En tanto el
individuo mexicano, tenga el sexo que fuese tiene que superar y
deconstruir todos estos estigmas y tendrá que tomar consciencia de que
la manipulación ideológica y cultural tiene que ser deconstruida si es
queremos en realidad un México nuevo, un país con una nueva cultura, con
una democracia verdadera y con una mejor economía, en donde las mujeres
tomen una participación auténtica en todas las trincheras.
Nosotras
las mujeres tenemos que hacer un esfuerzo para hacer alianzas,
reconocer nuestras capacidades, dejar a un lado esas rivalidades
culturales que nos impusieron y que nos perjudican por que como
anteriormente se explica, somos y hemos sido manipuladas mediante un
control invisible, imaginario pero palpable.
Tenemos que unir
fuerza, no solo como sujetas a un cambio verdadero, hay que empezar por
todas nuestras relaciones, aportando un granito de arena cada una de
nosotras, solo en unidad y con sororidad la mujer puede alcanzar primero
la equidad y posteriori la igualdad también.
No es fácil, tenemos
mucho trabajo (ambos sexos). Los hombres cultos y conscientes están
participando para cerrar esta brecha que nos perjudica a todos y a
todas, si no hay que ver los avances de otros países donde la mujer
tiene mayor participación, mayores oportunidades, los invito a ver los
siguientes links:
http://web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/BANCOMUNDIAL/NEWSSPANISH/0,,contentMDK:20549940~pagePK:64257043~piPK:437376~theSitePK:1074568,00.html
http://www.fao.org/gender/gender-home/gender-programme/es/
Los
y las mexicanas tenemos la tarea de tener ya una amplia apertura y
dejar a un lado la cultura patriarcal individualista llena de prejuicios
arcaicos y retrogradas que nos han ido sumergiendo para alcanza un país
con una izquierda profunda, con un cambio desde raíz.
[1] Sánchez, López La Estructura Social. p.56.
[2]Bermúdez, Manuel. Tradición y Mestizaje(2 ensayos de aproximación) p.9
No hay comentarios:
Publicar un comentario