Las Mujeres de MORENA tienen un punto de partida desde el mes de enero del 2011, en diferentes expresiones: Mujeres Morenas, Mujeres de Izquierda, Mujeres de diferentes Asociaciones Civiles, de ONGs, Mujeres activistas en lucha individual y colectiva, Mujeres de diferentes Partidos Políticos de Izquierda: Movimiento de Mujeres Clara Zetkin PT, PRD, Movimiento Ciudadano, etc.
El objetivo de la conformación de este Movimiento es que las Mujeres queremos construir, crear y tener una participación amplia en todos los rubros: sociales, políticos, públicos, laborales, económicos, culturales, etc. Son espacios que por derecho nos corresponden ya que la verdadera democracia en todos los aspectos comienza por la casa, y tenemos que hacer que se cumplan al pie de la letra todas y cada una de las obligaciones que por el simple hecho de ser humanas merecemos.
La sociedad nueva requiere de una transformación sincera para que la nación pueda trascender a una nueva economía moderna, incluyente, equitativa, y de igualdad, pluralidad, de no discriminación; gozando de cada una de nuestras capacidades y libertades y como ciudadan@s dign@s, merecedor@s, con derechos a una vida amorosa con todas nuestras necesidades cubiertas y respaldadas por un Estado responsable y que trabaja en conjunto con sus integrantes abiertos al cambio, a las oportunidades tanto individuales, colectivas y nacionales.
La República amorosa incluye también lo anterior, no tiene tintes religiosos, ni contiene fanatismo, más bien, es una propuesta cien por ciento espiritual que bien nos hace falta a todos los seres humanos y en especial a los y las mexicanas las cuales vivimos sumidos en un mundo caótico de desesperanza, engaño, crisis, violencia e impunidad.
Es por tanto que las mujeres queremos que esta transformación y este nueva consciencia llegue hasta la médula del más duro y ensombrecido ser, y decir que nuestro México requiere ya de un cambio total, de una izquierda dispuesta a dar la cara por su gente, de luchar, de trabajar y de mantenerse.
No es fácil, sin duda, nada lo es; sin embargo las mujeres queremos que este cambio si bien no se llevará a cabo de la noche a la mañana, pero si de forma paulatina. Queremos que las nuevas generaciones aprendan con perspectiva de género, y trataremos también de reeducarnos tanto mujeres y hombres al aprendizaje diario aprehender y reaprender.
La cultura y la educación son dos factores importantes ya que el arraigo de estas dos está muy impregnado en nuestra sociedad desde hace milenios, el dogmatismo vive en cada uno de nosotros como un fantasma que no está dispuesto a morir, se niega rotundamente, haciendo de nuestra colectividad un mundo cerrado, obsoleto y gris.
Está en cada uno de nosotros cambiar esta perspectiva y abrir nuevos horizontes que nos lleven a tener un país moderno, un país incluyente. El cambio de conciencias es lo más difícil por el preámbulo que tenemos de una religión impuesta, de una culpabilidad heredada a base de golpes y maltratos, de un sometimiento a comportarnos bajo patrones estereotipados, en roles asignados bajo valores de conveniencia religiosa, y para mantener cierto orden social, trasmitidos de generación en generación y que ha sido creadora de muchos modelos retrogradas, arcaicos que ya no funcionan.
Países avanzados que han salido adelante en su economía y en su política gracias a que su sociedad cambió y visualizó un mundo compartido por la otredad, un mundo donde las dicotomías son compartidas por sus capacidades y por su importancia a la equidad de género, tales se han reflejado no solo en lo privado, también en lo público:
- Ese tipo de desigualdad es evidentemente injusta. Pero tampoco tiene sentido en términos económicos: invertir poco en las mujeres frena la lucha contra la pobreza y limita el desarrollo económico y social. Esta conclusión ha sido documentada sistemáticamente en el próximo Informe sobre el desarrollo mundial (IDM) que se centra en el tema de la igualdad de género y el desarrollo.
- Reducir la desigualdad de género es un objetivo de desarrollo por derecho propio. Además, no invertir lo suficiente en la mujer restringe el crecimiento económico y detiene la lucha contra la pobreza. Esto explica en parte por qué los países con mayor equidad de género suelen tener menores tasas de pobreza. Las pruebas vinculan el aumento en la productividad y los ingresos de la mujer con menor pobreza familiar y mejores resultados de salud y educación para sus miembros, especialmente los niños.[1]
México tiene que crecer y con ello las personas. Nuestra meta es sin duda el fortalecimiento de este cambio paulatino de conciencias desde cada una de nuestras trincheras y expresiones, el lograr convencer de el por que es importante la equidad de género para las mujeres y para todos en general, es fortalecer la participación ciudadana como tal y llevar a un equilibrio solido y a una estabilidad en todos los aspectos.
